Las escrituras muestran que posterior a la creación Adán fue puesto en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Después cuando fue desterrado lo sacó Jehová del huerto del Edén, para que labrase la tierra de la que fue tomado. ¿Cómo podía un hombre labrar la tierra en el Jardín de Edén y después fuera de él si no llovía? Tal vez los eruditos expliquen que utilizaba el agua de los ríos existentes; sin embargo, tratándose del diluvio que acaeció después del destierro de Adán y Eva, debemos entender que si fuera posible que en el Edén no lloviera, en el instante preciso en que el hombre participó del fruto del bien y del mal, con su expulsión consiguiente, pasó a ser un hombre mortal; en consecuencia, todas las cosas cambiaron en la tierra y se transformaron al igual que Adán y Eva, haciéndose diferentes a la condición en que se encontraban en el Jardín de Edén. De otro modo, ¿cómo podría Noé persuadir cambiar sus vidas a la gente con el efecto de algo que ellos nunca habían visto? Por ende, se puede asegurar que existía, el día la noche, agua, luz, sol y las estaciones tal como se menciona en génesis; consecuentemente, también las lluvias, pues toda la naturaleza al igual que Adán y Eva, se encontraba en condiciones apropiadas para desarrollarse de acuerdo con su creación y se necesitaba de la lluvia para que creciera la vegetación y la germinación de las semillas obedeciendo el mandato del creador. Sin embargo, durante la anhelada búsqueda, a menudo nos perdemos en la bruma inescrutable del tiempo y se presentan los grandes enigmas difíciles de responder, no obstante, teniendo el deseo sincero de recibir una respuesta confiable a ellas, demandamos de toda fuente de información, investigamos en las enciclopedias existentes y al no encontrar nada, sentimos en aquel momento imposibilidad al ver que los recursos de investigación se acaban o más bien, pensamos que finalizaron, pero en nuestra natural frustración, generalmente ignoramos la razón universal “siempre, tarde o temprano habrá una fuente de inspiración donde encontrar la respuesta” En este libro entre otras cosas interesantes podemos encontrar un poco más de ayuda para entender el Diluvio Universal y aprender acerca del significado de las dos bestias del mal Behemot y Leviatán.
Es interesante y hermoso mirar hacia el glorioso pasado del hombre. Porque, cuando lo hacemos, experimentamos un sentimiento cálido y sutil que nos impulsa a querer saber más acerca de los increíbles sucesos acaecidos a través de la historia de la humanidad. Sin embargo, durante la anhelada búsqueda, a menudo nos perdemos en la bruma inescrutable del tiempo y se presentan los grandes enigmas difíciles de responder, no obstante, teniendo el deseo sincero de recibir una respuesta confiable a ellas, demandamos de toda fuente de información, investigamos en las enciclopedias existentes y al no encontrar nada, sentimos en aquel momento imposibilidad al ver que los recursos de investigación se acaban o más bien, pensamos que finalizaron, pero en nuestra natural frustración, generalmente ignoramos la razón universal “siempre, tarde o temprano habrá una fuente de inspiración donde encontrar la respuesta” En este libro entre otras cosas interesantes podemos encontrar un poco más de ayuda para entender el Diluvio Universal y aprender acerca del significado de las dos bestias del mal Behemot y Leviatán
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